Imágenes del Cristo del Socorro, Nuestra Señora del Buen Viaje y San Juan en la entreplanta que había en la capilla del Calvario hasta la restauración de 1970. Las imágenes de la Virgen y San Juan están actualmente en la capilla del Bautismo, la de Cristo continúa en el mismo lugar.

Cristo atado a la columna, de Pedro Millán (1450?-1526?) - Museo de Bellas Artes de Sevilla. Durante la restauración que hizo Rafael Manzano en la Real Parroquia de Señora Santa Ana a partir de 1970 se encontró esta escultura destrozada y sus cascotes formando parte del basamento del altar de las Santas Justa y Rufina en la capilla de San Cristóbal.

Detalle del grabado de Ambrosius Brambilla (1585). La parroquia tiene todavía el campanario derribado en 1623 por López Bueno para añadir los dos cuerpos superiores actuales. Obsérvese el torreón almenado en la esquina que forman hoy las calles Pureza y Vázquez de Leca.

 

 

 

Este torreón también aparece en el grabado de Anton van den Wyngaerde de 1567.

 

 

 

Se ha escrito que el edificio se comenzó a construir en 1276 según la inscripción que hay en uno de sus muros.

No hay ninguna inscripción en ningún muro que haga referencia al inicio de sus construcción. Lo que sí hay en la capilla del Calvario es un pergamino enmarcado con la transcripción hecha en 1861 del cronicón original, donde se relata el motivo de su construcción, el porqué de su nombre y otros detalles, entre ellos el comienzo de la construcción en 1266.

Con posterioridad a las muertes de Alfonso X y Sancho IV (posiblemente durante el reinado de Fernando IV, puesto que Don Almoravit, último citado en el documento, fue arzobispo de Sevilla entre 1299 y 1302) se escribió el cronicón cuya transcripción se encuentra en la capilla del Calvario:

 

Fizosse esta Eglesia

de Señora Santa Ana de Triana

anno de mil e doscientos e sesenta e seis

Estos perdones e graçias son los que el mui noble Rey Don Alfonso que Dios su anima perdone de los Padres Santos Apostolicos de Roma gano e de los Arçobispos e Obispos que aqui deyuso los sus nomes diran quando el aquesta Eglesia a onor de la bienauenturada Señora Santa Ana mando facer. Estos perdones por tan grand milagro ganados e por tan grand bien como de Nuestra Señora auia rescebido por ruego desta bienauenturada Santa todas aquellas personas que la dicha limosna dan para fazer e reparar esta dicha Eglesia ganan. Los quales perdones tresmil e trescientos e sesenta dias son e los Prelados que los otorgaron en la chronica desta Eglesia se insertan. Este de suso dicho Rey Don Alfonso siendo doliente de los sus oios de mui grande dolor el su oio derecho de el casco saliossele e promessa fizo a Nuestra Señora la Uirgen Santa Maria de aqui una Eglesia facer que Santa Ana Madre de Nuestra Señora Santa Maria le dixeran e luego en esta ora el oio sano et en el su lugar tornosse et el noble Rey Don Alfonso quando tan grandissimo milagro uido que Nuestro Señor Dios faciesse aqueste lugar uino et a  los uezinos de Triana enquerioles como aqui Eglesia non facian et ellos dixeronle: Señor agora queremosla facer e como le querian poner nome dixoles et ellos dixeronle: Señor queremos que le digan Santa Maria. Estonces el noble Señor Rey Don Alfonso dixoles: Yo por bien tengo et es la mia uoluntad de una Eglesia aqui facer a onor de la bienauenturada Señora Santa Ana Madre de Nuestra Señora la Uirgen Maria a quien de seruir yo so tenudo e ca yo bien he e por quanta ayuda me face que sin ella lo que pido al su precioso Fixo Nuestro Señor yo finar non poderia. Estonces los Iurados e los omes buenos uezinos deste lugar dixeronle: Señor lo que uos mandaredes fagasse mas Señor de merced uos rogamos que antes el Señor Arçobispo sepalo e la relacion fagamosle et estonces el noble Rey fuesse a las casas de el Señor Arçobispo Don Remon su compadre Padrino de el mui noble Rey Don Sancho e rogole que por su amor caualgasse e aqui a Triana pasasse e que aquesta Eglesia bendixesse et el Señor Arçobispo Don Remon por el su ruego assi fizolo et este santo Templo bendixo e luego esta uocacion fizo e establecio a loor et alabança de la bienauenturada Señora Santa Ana e luego el Señor Arçobispo Don Remon a todas las personas omes e mugieres que ayuda o limosna dieren o ficieren por el fundamento desta dicha Eglesia XL dias de perdon otorgo. Apres el Arçobispo Don Garcia que Dios perdone otros XL dias de perdon otorgo. EArçobispo Don Sancho otros XL dias de perdon. EArçobispo Don Almoravit otros XL dias de perdon. E assi mando que uoslos otorgassemos que son CLX dias de perdon.

Lauda sepulcral de Íñigo López. Una de sus leyendas dice que se trata de un esclavo que pertenecía a un marqués (sin determinar quién era este marqués) que le dio muerte y arrepentido mandó enterrarlo en este lugar, y que en la parte de la inscripción que ha sido eliminada intencionadamente ponía "el esclavo". Otra leyenda dice que es el propio marqués quien está enterrado en este lugar.

Sobre esto debemos decir que la lauda es de 1503 y en aquellos tiempos -pensemos con la mentalidad de principios del siglo XVI- los esclavos no se enterraban en lugar sagrado. En cuanto a que es el marqués, tampoco lo consideramos cierto porque no tiene ningún símbolo que lo identifique como noble, caballero o militar. Creemos que puede tratarse de un joven miembro, legítimo o no, de una familia importante de la época. De esta lauda se desconocía su existencia hasta mediados del XIX porque estaba oculta por un altar dedicado a Santa Cecilia y cuando se descubrió ya había sido eliminada parte de la inscripción que identifica al personaje.

La pila bautismal, instalada en la parroquia en la víspera de la festividad de Santa Ana de 1499, fue donada por Luis Rodríguez de la Mezquita, que fue cómitre encargado del puente de barcas, más tarde mercader y propietario de naves. Una de ellas, la carabela “Sancti Spiritus” junto con la “San Cristóbal” fueron utilizadas por Alonso Vélez de Mendoza en su expedición desde Tierra Firme por las costas de Brasil en 1500-1501, viaje de gran importancia por descubrir nuevos territorios que pertenecían a Castilla según el Tratado de Tordesillas, que trazaba un meridiano a 370 leguas al oeste de Cabo Verde para dividir las nuevas tierras entre Portugal, a oriente de esa línea, y España, a occidente.

La Fábrica de Santa Ana había cedido la actual capilla de Nuestra Señora de la Victoria, entonces de Santa Bárbara, a la Cofradía de Artilleros de la Casa de Contratación. A mediados del siglo XVII el mayordomo de la Cofradía era el Artillero Mayor de la Casa de Contratación de las Indias, capitán Gaspar González de San Millán (nombrado por Real Cédula del 12 de Mayo de 1637), que fue director de la Escuela de Artilleros de la Carrera de Indias. Escribió un tratado de artillería naval que sirvió durante muchos años para el adiestramiento de los artilleros de la Armada Española, tratado que no se imprimió para evitar que cayera en manos extranjeras.

Francisco Vallejo e Isabel de la Cueva, tercera hija del médico Martín López de la Cueva y sobrina del poeta y dramaturgo Juan de la Cueva, se casaron en la parroquia de Santa Catalina el 29 de Junio de 1569 y se afincaron en Triana donde el marido tenía bienes y casas de morada. Edificaron la capilla de San Francisco. Fallecido Vallejo, Isabel de la Cueva contrajo matrimonio con Diego de Nofuentes de Guevara, Veinticuatro de Sevilla, que en 1581 solicitó permiso al Cabildo, que no se lo concedió, para edificar una plaza de toros en la Puerta de la Carne, junto al matadero. En ese año ya estaban casados.

Cristóbal Monte Bernardo, a quien se le adjudicó la capilla de San Cristóbal en 1587, fue admitido en la Cofradía de Mareantes (Nuestra Señora del Buen Aire, San Pedro y San Andrés) el 8 de Diciembre de 1557 y en 1568 obtuvo el título de piloto para Tierra Firme. Persona de gran experiencia asesoraba a la Casa de Contratación en el equipamiento de las flotas. En 1583 fue nombrado diputado y bolsero de la Cofradía. En 1584 fue encarcelado por negarse al requerimiento de la Casa de Contratación de ir como maestre de raciones en una expedición por considerarlo degradante para una persona de su importancia. Por orden de Felipe II fue excarcelado poco después.

Los fundadores de la capilla del ábside de la nave del Evangelio (actual de Madre de Dios) fueron Gómez de Santillán, Jurado de Sevilla, que la dotó de ricas capellanías, y su mujer, Isabel de Saavedra, quinta hija de Gonzalo de Saavedra, consejero de Enrique IV, Comendador Mayor de Montalbán, I señor de Zahara y alcaide del castillo de San Jorge, la cual la dotó también de capellanía a la muerte de su esposo en 1498. Sus patronos fueron el mariscal de Castilla Diego Pardo de Deza y su mujer, María de Saavedra, hermana de Isabel, después su hijo Antonio Ares Pardo Tavera, primer señor de Malagón, y más tarde sus descendientes los marqueses de Malagón.

Ante la imagen de Nuestra Señora de la Victoria, entonces en el convento que los Mínimos de San Francisco de Paula tenían en Triana, se desarrolló el 2 de Agosto de 1519 el rito de la entrega de banderas para las cinco naves que, al mando de Fernando de Magallanes, iniciaron la primera circunnavegación de la Tierra y la toma de juramento de los 234 expedicionarios. Ésta fue también la primera imagen ante la que se postraron el 9 de Septiembre de 1522 Juan Sebastián Elcano y los otros 17 supervivientes que, tripulando la nao Victoria, habían completado la gesta y regresado el día antes al muelle de las Mulas, de donde habían partido tres años antes. Según escribió Antonio Pigafetta, cronista de la expedición y superviviente, El martes bajamos todos a tierra en camisa y a pie descalzo, con un cirio en la mano, para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y la de Santa María la Antigua, como lo habíamos prometido hacer en los momentos de angustia. El incendio que asoló el convento el 22 de Octubre de 1704 causó grandes daños a la imagen, que tuvo que ser restaurada y a la que se le dio su aspecto actual.

 

 

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